Diversos estudios documentan los beneficios de una educación inicial bilingüe o trilingüe, los investigadores han encontrado que “los niños más pequeños tienen mayores índices de éxito en el estudio de las lenguas extranjeras porque son capaces de imitar sonidos y patrones de entonación y se sienten atraídos por diferentes códigos y sonidos (Lipton)”. Es importante aclarar que el aprendizaje de dos o más lenguas a la vez no representa riesgo alguno de contaminación lingüística ni de complicaciones en el aprendizaje para los pequeños. Los expertos coinciden al afirmar que es mucho mejor hablar a los niños en dos o más idiomas desde su nacimiento, pues permite el dominio completo de las lenguas, al contrario de lo que sucede si la segunda o tercera lengua se enseña a partir de los tres años de edad.
A continuación citamos algunas de las principales ventajas de una educación inicial bilingüe o trilingüe:
La edad ideal: la edad preescolar es especialmente ideal para el aprendizaje de los idiomas, pues durante esta fase del desarrollo humano el cerebro está dispuesto totalmente a la absorción de nuevos conocimientos, sin los prejuicios, rechazos o apatía que pueden presentarse más adelante. Algunos expertos sostienen que los niños expuestos a varios idiomas son más creativos y desarrollan mejor las habilidades de resolución de problemas. Aun cuando no se diera continuidad al estudio de la lengua, los estudios sugieren que una educación inicial bilingüe ayudará al niño a programar los circuitos cerebrales para que le sea más fácil aprender nuevos idiomas en un futuro.
Comunicación: Los niños bilingües o trilingües duplican y triplican la capacidad para leer y escribir en idiomas distintos y, por tanto, su conocimiento puede ser más amplio por su mayor acceso a la información global. A futuro, esto les ofrece una mayor capacidad de comunicación con personas de distintas nacionalidades cuando viajen o convivan con personas extranjeras.
Acervo cultural: El acceso a las culturas relacionadas con los idiomas que se aprenden enriquece en gran medida la educación del niño (literatura, historia, comportamientos, tradiciones, conversaciones, medios de comunicación, etc.).
Conocimiento: El acceso a la diversidad lingüística estimula la capacidad de desarrollo intelectual de un niño. Por ello, pueden ser más creativos, más flexibles, y adquirir una mente más abierta al mundo y a los demás.
Oportunidades de trabajo: A futuro, las puertas del mercado laboral se abrirán y ofrecerán más oportunidades a las personas bilingües y, aún en mayor medida, a las trilingües.
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